Un Bel Di Vedremo
Instalación Site-specific para la sede de Vigo de Deputación de Pontevedra. Solo de Danza de Rut Balbís.
-Y tú dónde estabas?.
-A la vera del camino, fuera de los muros del jardín, donde da el sol. Por eso sólo veías mi sombra.
La pieza tiene como tema la idea de intimidad.
Hoy que se plantea el cambio que hay del concepto de intimidad al ser parte de nosotros nuestra presencia digital, lo que propongo son estructuras que me parece que son intrínsecas al ser humano y desde las que partimos para replantearnos en todas las épocas. Nada surge de la nada ni por generación espontánea. Qué es público, qué privado y cómo se comunican ambos. Esas fronteras líquidas que yo apunto a partir de la idea de extimidad y la figura topológica de la botella de Klein, esa botella que comunica interior y exterior por un agujero que hace que el concepto de dentro o de fuera sea indefinido.
Detalles de los paneles de la pieza de las puertas oscuras.
Traseras de las puertas oscuras,
Actuación de Rut Balbís.
Interior del abanico inspirado en la portada del disco de Madame Butterfly.
Obra sobre papel en el acceso a la intalación,
DESARROLLO DEL PROYECTO
Maqueta y boceto de la instalación.
La instalación crea un recorrido en espiral en el que lo íntimo se vuelve éxtimo. Comienza con una pieza de paneles que construyen el símbolo de la parte más íntima, la que simbolizo con el agujero dentro del jardín interior (se explica más adelante en los elementos). Esa pieza te guía, pero no la puedes atravesar. Su forma recuerda a puertas oscuras, cerradas con mallas de gallinero y mosquiteras, pero también se pueden interpretar como las palas del «abanico » en el que nos hace desembocar. Palas con un haz y un envés, que giran hacia dentro o hacia fuera( otra vez el juego de la intimidad y la extimidad). Seguimos girando por ese recorrido en espiral y accedemos al interior de ese abanico y encontramos el tercer elemento. Una pieza de origami translúcida e iluminada. Este plegado que por las sombras que arroja intuimos que contiene un jardín en su interior al que no podemos acceder porque el plegado está cerrado. La luz del plegado interior y la oscuridad del plegado exterior dos contradicciones que se comunican. Luz cerrada-oscuridad abierta. Dentro y fuera, intimidad y extimidad. Todo está según la perspectiva del que enseña y del que mira.
Elementos
La pieza se construye a partir de varios elementos que entrelazados dan sentido a la obra. El desarrollo es éste:
Estructura de mi obra: La identidad es una casa con un jardín interior en el que hay un agujero al que no te debes asomar.
Mi obra oscila entre la pintura y la instalación, jugando a abatir y desabatir los planos. El cálculo, como en geometría descriptiva, se hace con los planos abatidos ( pintura). Después los desabato para dotar a mi discurso de espacio y de tiempo, al ser un espacio que se recorre (instalación).
El Cubo de Joana es una obra en la que se puede apreciar claramente esta estructura. Parte de una serie de obras pictóricas que desembocan en una instalación que proyecta esos elementos que estaban en las pinturas. Son lo que llamo, exposiciones extendidas. Las obras son un autorretrato autobiográfico. La estructura de casa, jardín interior, agujero dentro del jardín y mundo exterior como autorretrato en el que ocurre una vida. Un escenario para escribir una autobiografía.
Arriba pintura de El Cubo de Joana. Abajo imágenes de la instalación. El jardín era el interior de la pieza color coral que representaba la fachada de la casa.
El espacio en el cine de Yasuhiro Ozu
Durante la pandemia, por razones lógicas mi obra se volvió a «abatir» e investigué sobre formas de construir todas esas capas de la intimidad a través de una construcción espacial bidimensional. Fue así como llegué al cine de Yasuhiro Ozu, que retrató las mínimas viviendas de la época de sus relatos con un lenguaje formal que da profundidad a esos espacios exiguos, superponiendo estancias, objetos y personajes y sombras de forma exquisita y magistral.
El resultado de esta investigación fueron series de obras que se «desgajaban» al ir sacando planos superpuestos y viendo qué ocultaban. La vivienda de Cándida , la Casita roja, su jardín interior y el agujero dentro del jardín, como una metáfora de las capas de la intimidad del individuo. Las obras resultantes se presentaron en El Cubo de Vigo las semanas anteriores a esta exposición con el título de DESATADA
El formato expositivo era un reflejo de la secuencialidad del trabajo de exposición de forma que cada semana aparecían y desaparecían piezas utilizando las paredes como una gran hoja de cálculo en la que fluía en directo el proceso creativo.
Serie de pinturas realizada durante la pandemia
Madame Butterfly. La portada del disco que mostraba una mujer oculta en un jardín.
En el caso de El Cubo de Joana el punto de partida era el cuento de Óscar Wilde El Ruiseñor y la Rosa. En este caso es la portada de un disco que recordaba de mi infancia en casa de mis padres. Recordaba la imagen, una mujer con abanico en un jardín. Mi sorpresa fue descubrir muchos años después, que era la portada de la ópera de Madame Butterfly de Puccini ( una mariposa que abate y desabate sus alas).
El abanico
Una de las arias más emocionantes de esta ópera es Un bel Di, Vedremo. Un bello día, veremos. El texto del libreto relata como Butterfly imagina el regreso de su amado y juega a ocultarse para hacerse deseable. Esta actitud que representa el opuesto a la actitud de exhibirse para atraer la atención arrancó el movimiento de la instalación ese juego entre lo oculto y lo mostrable. En la portada del disco la mujer aparece semioculta detrás de un abanico. Abrir y cerrar el abanico, ocultar y mostrar. Las dos acciones con la misma intención, captar la atención.
Pero los abanicos se pueden abrir en las dos direcciones y lo que está hacia dentro , se muestra entonces hacia afuera.
Hasta donde llega nuestra intimidad. Una cuestión que hoy se está revisitando por nuestra identidad digital. Una vez más el formato digital se encuentra con el analógico. Seguimos siendo nosotros.
El Agujero
El comienzo y el final. Lo íntimo expuesto, pero no visible. El comienzo del trayecto es una pieza de cuatro paneles como una puerta o ventana que se despliega como un acordeón, como un salón de espejos que se hace más profundo al reflejarse una y otra vez en sí mismo. La pieza se construye con un marco de madera que sube y baja perfilando los cuatro paneles que serán construidos con mallas metálicas y mallas mosquiteras, pintadas y modeladas. El agujero del árbol por el que se cuela el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas. La curiosidad y el voyeurismo servidos.
Maqueta y boceto de la pieza de entrada que representa el agujero, (las puertas oscuras).
Bocetos digitales sobre la idea de agujero.
La Sombra y el jardín interior
En el interior una pieza iluminada, y cerrada a la que no podemos acceder, sólo intuimos que dentro hay un jardín. La pieza más íntima es un plegado en forma de abanico del que sólo vemos las sombras que proyecta su interior. La forma conecta con las «palas» extendidas y oscuras de la primera pieza, la que parece exterior y también con las palas entreabiertas de la segunda pieza, la que gira mostrando y ocultando.
Fotos de la izquierda pertenecientes a la serie «Sistema Modular sin Puertas». A la derecha foto de la maqueta y fotograma de Yasuhiro Ozu.
Pruebas de estampación serigráfica sobre papel japonés para la «lámpara-jardín de sombras» del interior.
Obras «abatidas». El primer cálculo
El planteamiento es que algunas de estas piezas acompañen a la instalación, al ser origen y compartir estructura con ella, continuando la primera intervención, DESATADA, en El Cubo de Vigo.
Boceto digital y dos obras en proceso.
Conclusión
Dentro y fuera. Lo más intimo también es lo éxtimo. Se conecta el final y el comienzo de la instalación. Tres estructuras que se construyen como un fractal, repitiéndose cada vez más grande y que arrancan de la forma del abanico: que se abren y se cierran ocultando y mostrando.